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InfoFiat Nº 25

Octubre de 2010
ES BUENO ALABARTE Y DARTE GRACIAS, SEÑOR
Qué alegría volvernos a ver, qué bueno ver a las familias que van llegando dispuestas a pasar una tarde en compañía de otras entregando su tiempo al Señor.
Esto no es habitual; reconocemos que, a ojos de muchos, no somos normales, pero nos encanta nuestra anormalidad. El que todo lo puede, el Señor de todo, también vivió de una manera anormal su paso por este mundo.
P1020688Cuando somos conscientes de que hubo un hombre que padeció y que entregó su vida por nosotros, que nos liberó de nuestras esclavitudes haciendo realidad la promesa de una vida nueva, entonces nuestro corazón se llena de alegría y surge de nuestro interior la alabanza y la acción de gracias a aquél que ha dado su vida por mí. Esto es fundamentalmente lo que vivimos cada sábado que nos reunimos.
Todos llegamos llenos de nuestras cargas de la semana; todos tenemos nuestras preocupaciones, nuestros miedos, nuestras insatisfacciones; todos tendríamos muchas razones para quejarnos y para estar malhumorados; incluso tendríamos alguna escusa para no asistir a la reunión, pero, por encima de todo eso, está Dios. Por eso no perdemos el tiempo en lamentarnos y en quejarnos. En más de una ocasión nos hemos sentido muy aliviados cuando ponemos nuestras cargas a los pies de la cruz. Me viene a la mente la canción TÚ SÓLO ADÓRALE.
P1020686Durante la oración, se leyó esta Palabra
El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.» Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial que alababa a Dios diciendo: «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres en quienes él se complace.» (Lc 2, 10-14)
El próximo mes iniciaremos el Adviento y parece que el Señor nos quiere ir preparando. Escuchamos esta Palabra y vuelve a surgir la acción de gracias.
La verdad es que cada día llegan a nosotros multitud de anuncios a través de la prensa, radio y TV., pero ninguno como este. Ningún anuncio nos dice que llega alguien que nos va a sacar de nuestras tinieblas, que nos va a liberar de nuestra carga, alguien en quien podemos recostarnos y descansar porque ÉL se va a ocupar de nuestras cosas.
Tuvimos un momento precioso durante la oración: hicimos oración de intercesión por Sara. Los más pequeñitos también estuvieron cerca de ella rezando a Jesús, sabiendo que Dios tiene predilección por los niños. Presentamos a Sara declarando nuestro deseo al Padre de que la cure y, al final de la oración, recibíamos esta Palabra

El Señor soberano es mi fuerza,
Él me da piernas de gacela
y me hace caminar por las alturas. (Ha 3, 19)

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Después de la oración, los padres estuvimos recordando la enseñanza que recibimos en Santiago este verano sobre Qué es Familias Invencibles.
Sabemos que F.F.I.I. es un carisma que Dios ha suscitado para servir a la Iglesia.
Familias Invencibles crea espacios para las familias para que éstas puedan crecer y madurar en la fe. Da la oportunidad a las familias de no dormirse y nos ayuda a salir de la mediocridad y de la tibieza.
P1020692En la vida del cristiano es fundamental luchar la batalla. La batalla que se produce en nuestro interior entre el bien y el mal. Lo mismo sucede en las familias.
Tenemos que luchar para perpetuar la unidad de los esposos, sin la cual, toda familia se desmorona.
Otra lucha es la lucha generacional; la que se da entre padres e hijos. El papel de los padres es cuidarles y amarles. El de los hijos, reclamar, insistir, pedir. En una enseñanza, el Obispo de Mondoñedo-Ferrol nos decía: “Sé que queréis mucho a vuestros hijos, pero, ¿les queréis bien?”
La tercera lucha es la lucha entre hermanos. No nos referimos a los hermanos de sangre, sino a los hermanos que formamos esta fraternidad de F.F.I.I. El mal quiere crear división, pues sabe que es la manera que tiene de vencer. Así que estemos muy alerta y luchemos por la unidad porque unidos en Cristo seremos invencibles.
AMÉN