InfoFiat Nº 23

Junio 2010

EL HOMBRE PROPONE Y DIOS DISPONE

Y así sucedió. Dispusimos tener como cada año la despedida del curso haciendo una excursión a la sierra. Sin embargo, Dios dispuso un mal tiempo que nos obligó a reunirnos en una casa.

Fue muy bonito porque recordamos viejos tiempos y, una vez más, la familia Wagener nos abrió las puertas de su casa y allí disfrutamos todas las familias.

Quedamos a la hora de comer y compartimos un montón de cosas buenísimas que nos alegraron el cuerpo (seguramente también el espíritu).

En esta reunión de final de curso, solemos hacer un balance de cómo ha transcurrido el año tratando de mejorarnos para el nuevo curso.

Iniciamos la reunión con un momento de oración donde el Señor, como siempre, nos habló muy claramente y nos presentaba el escenario donde nos debíamos de mover. En un momento de crisis económica en el que muchas familias están teniendo dificultades, Dios nos dijo:

«Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.

«Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os vestiréis. ¿No vale más la vida que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo: no siembran, ni cosechan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros más que ellas? Por lo demás, ¿quién de vosotros puede, por más que se preocupe, añadir un solo codo a la medida de su vida? Y del vestido, ¿por qué preocuparos? Observad los lirios del campo, cómo crecen; no se fatigan, ni hilan. Pero yo os digo que ni Salomón, en toda su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así la viste, ¿no lo hará mucho más con vosotros, hombres de poca fe? No andéis, pues, preocupados diciendo: ¿Qué vamos a comer?, ¿qué vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por todas esas cosas se afanan los gentiles; pues ya sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. Buscad primero el Reino de Dios y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura. Así que no os preocupéis del mañana: el mañana se preocupará de sí mismo. Cada día tiene bastante con su propio mal.

(Mt 6, 24-34)

Dios, con esta Palabra, ponía orden en nuestros corazones porque Él siempre quiere ser el primero.

“Gracias porque quieres y nos pides que nos fiemos de Ti. Porque no quieres que estemos agobiados y Tú ya planeas cuidar de nosotros. Te lo entregamos todo, Señor, para que Tú te ocupes de nuestras cosas”

“Aunque nos llames a tener las manos vacías, no nos importa, porque serán llenas de Ti”

“Gracias, Jesús, por este curso que nos has permitido compartir y por todas estas familias en las que hemos podido verte”

“Gracias porque, en medio de las dificultades, hemos recibido muchas bendiciones y hemos notado y sentimos el poder de la oración de este grupo de familias”

... y así, tantas y tantas alabanzas, tantas y tantas acciones de gracias que salían de nuestros corazones tocados por la misericordia y el amor de Dios.

Terminamos haciendo la evaluación del curso y haciendo propuestas para el nuevo curso.

¡NOS VEMOS EN SANTIAGO!